La industria de la construcción es una de las más relevantes para el desarrollo del país. Genera directamente 5.8 millones de empleos, lo que representa el 13.3% del total; mientras que indirectamente arroja una cantidad de 2.9 millones de plazas.
Además, contribuye con el 6.3% de la riqueza originada por actividades productivas. Esto de acuerdo al documento Retos de la infraestructura en México 2013-2018 presentado por el presidente de Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), el ingeniero Luis Zárate Rocha.
En cuestión de infraestructura, México se encuentra en el lugar 68, muy por debajo de Hong Kong, Francia, Italia, Japón y Estados Unidos. Mientras que por encima de Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela. Esto basado en sus carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones e instalaciones de suministro eléctrico.
Para mejorar la posición de la nación en un plazo de ocho años al nivel 25, la CMIC propone tomar una serie de medidas, y evitar otras tantas.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, consciente de la responsabilidad de su liderazgo en el sector, reitera que para ser competitivo, México requiere de más y mejor infraestructura. Para lograrlo es necesario incrementar la inversión e instrumentar políticas públicas integrales que impulsen el crecimiento económico como factor esencial para la competitividad y una mejor calidad de vida.
Las 10 mil empresas afiliadas a la CMIC, a través de sus 43 delegaciones en todo el país, genera empleos directos e indirectos para más de 8.4 millones de mexicanos; por ello planteamos una nueva visión de Estado fundamentada en propuestas estratégicas para detonar el desarrollo sustentable que la población requiere en el documento Retos de la infraestructura en México, 2013-2018.
Hasta ahora, todo se ha proyectado con una visión de corto plazo, que se ha limitado a tratar de solucionar las coyunturas; de ahí la importancia de emprender proyectos de gran visión y largo alcance en infraestructura para el país; así como reformas estructurales que sean capaces de detonar las políticas industrial, fiscal y social.
Paralelamente, es imprescindible generar las condiciones propicias que nos permitirán, con la aprobada Ley de Asociaciones Público-Privadas, su reglamento y lineamientos; así como la aprobación, en su momento, de la Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas, las inversiones necesarias en favor de la productividad y el empleo.
Por: María Luisa López T.