La Planta de Bombeo El Caracol permitirá derivar un volumen de hasta 40m3/s desde la lumbrera cinco del túnel hasta el Gran Canal de desagüe.

Como parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México (PSHCVM), creado por la Comisión Nacional del Agua, (Conagua) surge el proyecto de la planta de bombeo El Caracol, la cual junto con el Túnel Emisor Oriente (TEO) busca evitar inundaciones en la Ciudad de México durante la temporada de lluvia.

La planta es un complemento de las obras del pri­mer tramo del TEO que se construye en el munici­pio de Ecatepec, Estado de México. Para abundar más sobre el tema IDM entrevistó a dos especialis­tas involucrados en el proyecto.

El ingeniero Alberto Pérez Jácome Friscione, direc­tor General de Grupo Hermes Infraestructura, (em­presa participante en la ejecución de la obra civil superficial, suministro, instalación, pruebas y puesta en servicio de la planta), explicó que El Caracol es un proyecto muy ambicioso y básicamente evitará inundaciones en la capital del país.

A través de los años, la Ciudad de México se en­cuentra en un proceso de hundimiento. Durante la época del Porfiriato se crearon sistemas para evitar las inundaciones, otras inversiones fueron realizadas en varias obras durante el sexenio de Luis Echeverría; no obstante, hoy son insuficientes para las necesidades de la ciudad, destacó Pérez Jácome.

Si a esa problemática, añadió el Director General del Grupo Hermes, sumamos los movimientos y hundimientos en ciertas partes de la ciudad, en­tonces era inevitable, el agua que desechamos ya no tenía salida ni cause. Por tal razón, el PSHCVM buscó invertir en tres sistemas con el túnel subterrá­neo y sus plantas de bombeo.

Al respecto el ingeniero Rafael Carmona Paredes, gerente de Ingeniería en Proyectos Especiales de Conagua explicó que la primera planta creada por dicho programa es “La Caldera” iniciando opera­ciones en julio del 2010 con 40 m3/s de capaci­dad. Cuenta con 30 metros de altura de bombeo. En este aspecto es más pequeña que la planta El Caracol.

La segunda es la planta “El Colorado Pocita”, inau­gurada durante la administración federal anterior en marzo del 2012. Tiene también 40m3 por segun­do de capacidad y una altura de bombeo de 37 metros, un poco más profunda que la caldera, y por lo tanto requiere mayor potencia para llevar el agua.

Finalmente, se edificó la planta de bombeo “El Caracol”, con una capacidad también de 40m3/s. Sin embargo, es más profunda porque requiere bombear el agua a una altura de 44 metros, y por lo tanto necesita motores de mayor potencia.

Sobre la inversión del proyecto, el Ing. Rafael Carmona reveló que el costo fue de 900 millones de pesos, tomando en cuenta no sólo la construc­ción, sino también contratos como la supervisión de la construcción, el contrato para el proyecto ejecutivo, así como asesorías de especialistas en mecánica de suelos con el Instituto de Ingeniería de la UNAM.

Así, Pérez Jácome enfatizó que la planta de bombeo El Caracol es muy importante y el más emblemático del PSHCVM, debido a que el TEO permitirá sacar las aguas residuales ante las dificultades vigentes.

El proyecto de El Caracol inició a mediados de mayo del 2011 y finalizó con su inauguración el 28 de no­viembre de 2012, narró el Director General de Hermes. Sin embargo, las bombas se probarán hasta la época de lluvias. Así que desde el punto de vista práctico fun­cionará a mediados del 2013.

¿Cómo funciona?

La planta de bombeo El Caracol permite derivar un volumen de hasta 40m3/s desde la lumbrera cinco del túnel, hasta el gran canal de desagüe. El Ing. Rafael Carmona Paredes explicó que El Caracol permitirá to­mar el agua del fondo del TEO en el km 10 que es la longitud del primer tramo.

Al respecto Pérez Jácome describió que la planta mueve esa agua hacia el Gran Canal de la Ciudad de México, ubicado el municipio de Ecatepec.

La planta, detalló Carmona Paredes, recibe el agua a través de un túnel conectado a la lumbrera número cinco, el agua se desvía por ahí y pasa por las rejillas de retención de basura o sólidos. Estas rejillas tienen un paso de cinco centímetros; los sólidos mayores no pasan, y el agua se filtra través de la rejilla.

Por: Michel Alejandra Olguín Lacunza

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